miércoles, 26 de mayo de 2010

Uuuffff a 5 días que termine Mayo.

(Este post se escribió escuchando esto)


Y a casi 5 meses de estar viviendo esta experiencia.

Han pasado muuuchas cosas y sólo puedo compartirles lo que siente mi corazón.

Al parecer tengo otro corazón.

Bueno, a lo mejor es el mismo, pero se siente renovado, diría, entonces: Mi corazón renovado.

Este corazón renovado que piensa tanto, siente, se enoja, se entristece, se compadece y siente lástima. Este corazón que ha llorado mucho. Pero también está feliz, contento y que día a día piensa que no merece tanto amor de tanta gente y que está aprendiendo a querer a más gente.

A esa gente que va de paso todos los días. A esa gente que la abusan, discriminan, asaltan y secuestran. A esta gente que por ser pobre no cuenta. A esta gente que lleva días sin bañarse, sin comer, viajando arriba de los trenes, quemándose con el sol, sin dormir en las noches. O que se cae del tren, se golpea o los machuca. A esa gente que se queda sin pie, sin dedo, sin pierna, sin brazo.

Esta gente que en sus países es ignorada, que no vale. Como si fuera desechable.

Este corazón se pone medio rebelde a veces. Se desilusiona de su país.
¿Qué fregados está pasando en México?
En realidad estamos tan mal que dejamos que las cosas pasen sin cuestionarnos el por qué o demandar justicia.

En realidad lo único que nos importa es si encarcelaron a la hija de Alex Lora o la renuncia del imbécil de Bazbaz. ¿O el Mundial?

¿Qué ha pasado en Mexicali?

¿Qué ha pasado con la gente que se quedó sin casa, sin nada?

La Guardería ABC de Hermosillo... ¿qué pasó? ¿todavía no salen los culpables?
El 5 de junio se cumple un año de la tragedia ¿ya se olvidaron los 49 niños que murieron? Sus padres seguramente no.

Y me refiero a esto porque es de lo que me acuerdo ahorita que ha pasado en el norte, mi norte. Porque mi corazón, a pesar de todo, sigue en el norte.

Este corazón que extraña inmensamente el lugar donde están los otros corazones que quiere y lo quieren tanto.

Y no me queda más que pensar.
Pensar en cómo puede haber tanta mierda y estupidez.
Pensar que mi estancia aquí es temporal.
Pensar en qué es lo que voy a hacer a mi regreso.

Y quiero que piensen conmigo ¿qué vamos a hacer?
¿Qué vamos a hacer con México?
¿Qué vamos a hacer con nosotros mismos?

Y no se.

No tengo respuesta.

No se qué es lo que va pasar.

No se qué es lo que voy a hacer.
No se.

A lo mejor lo que puedo hacer es sentir.
Sentir y solidarizarme con el que sufre.
Dejar que mi corazón renovado siga queriendo a toda esta gente nueva.


Y seguir queriendo a mi gente.